En busca del Valle Perdido

Kitayterey Mejillones!!
Os preguntaréis por qué llevamos tanto tiempo sin dar señales, ni de vida ni de humo. Desde que dejamos la selva, el Espíritu de la Montaña nos ha estado llamando... hemos estado en fase de capullos, y todavía seguimos sin saber dónde irán nuestros vuelos o si nos quedaremos capullos de por vida. Lo que está claro es que sin saber que queremos, la selva nos hace felices... Así que nada mejor que volver a ella, donde cada día es una aventura...
Todo empezó el día en que Gran Jefe Polaco nos dio la misión de recorrer las comunidades Asháninkas en busca de la palabra de los más jóvenes. El lugar elegido fue Satipo, donde pronto nos reuniríamos con otros dos camaradas: Celia, alias Inmácula y Pedro, alias Gusanito.El primer día, tras haber cruzado la Gran Cordillera de los Andes y volver a quedarnos sordos por la altitud durante todo el día, llegamos a la primera comunidad, San Juan de Cheni. Allí desembarcamos y nos esperaban los más pequeños Ashaninkas de la aldea, dispuestos a participar en un concurso de dibujos sobre los Derechos del niño/a. Pintaban que ya quisiéramos más de uno a su edad, o a la nuestra. Cumplimos con el objetivo del programa. Aunque nuestra sensación es que fuimos un poco de azafatas ya que el taller planeado no se realizó y todo quedó en el mero concurso.

Pintar, pintar, pita sin parar!!

Después fuimos a inaugurar la apertura de una nueva oficina de Registro Civil para la campaña de documentación de población nativa (nuestro preciado y frustrado proyecto que íbamos a realizar en un principio) donde nos invitaron a comer (cómo no, arroz con pollo) y pudimos enterarnos un poco de la situación de las Comunidades Nativas y el estado de su documentación.
Al día siguiente relax y baño terapéutico en una cascada, Huary, a la que llegamos de casualidad, porque el taxista nos hizo el lío. Es lo que tiene tener cara gringo...
Luego fuimos a conocer a Jenny, la viceteniente Ashaninka de la Municipalidad que ha creado una cooperativa de mujeres artesanas. Cuando llegamos la sorprendimos pescando en su piscigranja, y no penséis que cualquier cosita, pedazo bicharracos!!! Nos enseño su chacra (esto es un huerto Chus y lo demás tontería), donde vimos la planta del cacao, comimos cocos, naranjas y bebimos masato. Javi, alias Omni, decició jugársela y probar un pescado que nos prepararon. Para sorpresa de todos, menos de él, no le dio alergia, igual que le está sucediendo con el huevo. Y esto no está más que reforzando su omnipotencia!!! Que peligro!!!

Después el momento más deseado desde nuestra llegada, el reencuentro con los villariquenses que venían de una dura jornada de capacitación. Y como no, charlas y risas. Nada mejor que volver a estar con los nuestros.

Menudos platanitos tiene esta platanera

Al día siguiente fuimos a ver las Tinajas de Pangoa, una preciosa catarata algo peligrosa. Tenía una fosa de 15 metros!! Lo mejor para hacer una aguadilla mortal!!
Tuvimos una sesión de modelaje floral incluida, al mas estilo peruano (para los mas interesados mirar pagina de nuestros compañeros vicuñeros)

¿a quién darías un empujoncito?

Continuará...