Sonreí estás en Villa Rica!!

Hola sardinillas!!!
Como algunos ya sabéis hemos estado este fin de semana en la selva. En Villa rica. Haciendo una visita a Celia y Pedro. Nuestros compis peruanos, que aunque estén a 270 km, están a 12 largas y peligrosas horas de viaje. Pero sin duda, merecieron la pena.
Llegamos el viernes de noche y no nos podíamos imaginar todo lo que nos íbamos a encontrar a nuestro alrededor a la mañana siguiente: Puro Verde, por fin Pura Vida, y nosotros la mar de cuintentos, como pirañas en una piscina infantil. La primera noche, la del encuentro, transcurrió entre cañas y desfogues personales: que si echo de menos los supermercados, que si Lima nos está costando, que si echo de menos el HM... ; muchas risas y aventurillas.
El sábado por la mañana, como nuestros compis estaban currando en Desco, nosotros nos fuimos a dar un paseo por la Laguna El Oconal. Como buenos turistas caímos en un cándido y tierno paseo en barca entre nenúfares y aves paradisíacas. Todo ello acompañado del gran esfuerzo que supuso ir todo el puto rato a contracorriente.
Después fuimos a comer con Celia y Pedro y sus compañeros de trabajo. Que había bastante que festejar. Era la despedida de una de sus compañeras y sobre todo celebrábamos el cumple de Celibel. Todo ello aderezado con un buen cocidito madrileño hecho con mucho amor por Pedrito. Que después de un tiempo, la gastronomía española se echa de menos.
Después de un Pisco Sauer y unas buenas risas con sus compis, que son muy majetes, nos pusimos nuestras mejores galas y acudimos a uno de los eventos más esperados del año en Villarrica: el certamen de Miss Pasco World (guauuuuuuu), que se acercaba más a un programa de José Luis Moreno en sus mejores tiempos. Dio un poco de pena, porque eran todas unas crías. De cinco participantes una tenía 15 años y las otras tres tenían 17. Menos mal que aguantamos con una especie de kalimotxo horrible, fabricado por nosotros, hecho a base de vino dulce.

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Celia y Pedro practicando pose para Miss Pasco World

El desfogue vino en discoteca Paraíso, donde Pedro nos demostró que poco a poco esta “pillando ritmo”. Es ya conocido en la región por su movimiento de caderas, ni que decir tiene que Javi enseguida se puso a su altura. ¿Quién se atreve a dar más?. La gente los jaleaba y todo el mundo recordará aquel duelo fratricida que acabó con el esmalte de la pista.
Al día siguiente fuimos a la Comunidad Nativa de Ñagazú. Subimos al Cerro de Santiago, guiados por tres hijos y un sobrino del jefe de la Comunidad. Por el camino fuimos disfrutando de las vistas y de la gran cantidad de conocimientos que tenían los niños de la selva. Nos enseñaron plantas medicinales, comestibles, historias de los cerros... estuvimos tan a gusto todos con todos que El Gran Jefe Indígena se asustó y vino a buscarnos corriendo a cuerpo descubierto y con su arco y flecha dispuestos a hacer de nosotros unos pinchos morunos, pensando que éramos unos “pistacos” (medio mito medio verdad sobre unos gringos que raptan a la gente y les roban sus órganos y grasas para luego venderlos). Y nosotros pensando que estaba de caza. Joder, imaginaros nuestras cabezas disecadas colgando de su chavola...

Manejan el machete como su padre el arco:Expertos en medicina Natural
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En nuestro último día fuimos a ver la catarata del Manto Azul. Como gorilas en la niebla nos adentramos en la Selva entre resbalón y entre resbalón de barro conseguimos llegar a este sitio...

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¿quién le ha robado la capa a caperucita...?

Luego, tras abordar una jeepeta con un hermoso chancho listo para cocinar, llegamos a la Comunidad Nativa de alto Yurinaki. Nuestra llegada no fue tan escandalosa como en la otra comunidad y pudimos pasear agustito entre las casas de techos con hojas de palmeras sin sentir las flechas en nuestra espalda.

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La felicidad de lo verde!!

La vuelta a Villa rica olía ya ha despedida y nada mejor para superar el trago que un buen ataque de risas absurdas entre baches y chistes propios sobre Cuyes.
Fue el fin de semana mas fino y delicioso del mundo como el archí conocido café de Villa rica, aunque sin duda “la esencia” fue poder estar con Celi y Pedro y celebrar su cumple.

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Las vallekanas mas finas del mundo!!

De vuelta a la realidad Ruth hasta se puso mala solo de pensar en nuestra queridísima Lima. Surgió un nuevo debate: ¿Quedarnos en Lima o proponer un proyecto con Desco en Villa rica?
Continuará...
Muchos besos